Asistente de dirección
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Silencio, preparados, sonido, cámara…
El asistente de dirección ocupa uno de los cargos más importantes a la hora de emprender un rodaje. Es quien tiene la hoja de ruta, guía al equipo e interactúa constantemente con todos los departamentos durante la extensa labor de filmar una película. Marca el tiempo, genera ritmo de trabajo y posee la autoridad necesaria para hacerse respetar tanto en los cargos bajos como en los altos.
Pero ese respeto no se crea a partir del miedo, lo genera partiendo de la confianza y entendimiento con el equipo, creando complicidad con el equipo técnico y artístico, trasmitiendo siempre la sensación que está de su lado, entiende sus necesidades y frustraciones que suelen aparecer durante las extensas jornadas laborales.
Un asistente de dirección enfrenta los problemas y busca soluciones: si es necesario reprender un error lo hace sin tapujos, si el equipo en ocasiones se torna en un jardín de infancia bullicioso los hace madurar con dos gritos secos, y si tiene que apresurar al director no titubea ni un segundo.
El asistente de dirección es el capitán, exige rapidez y resolución, recuerda en todo momento que no están divirtiéndose, sino haciendo una película, y que da igual si están extenuados porque luego podrán descansar. Responde a todas las preguntas, anima y desanima según el estado emocional del equipo, acelera y desacelera dependiendo de las horas del día, comprende con exactitud las intenciones del director, aportando ideas y soluciones, tiene un plan b, c y d, alto grado de observación, el don de la asertividad, y busca constantemente el equilibrio para llegar al objetivo en hora.
¿Qué hace el asistente de dirección?
Un asistente de dirección no debe exige nada sin demostrar antes el doble de lo que exige, ofrecer lo imposible por ser condescendiente, decir una cosa y hacer otra, crear planes de rodaje sin comprender el contexto, hojas de llamados que no se cumplen, alzar la voz cuando no es necesario y tratar de pasar desapercibido cuando tiene que asumir el protagonismo y liderazgo.
El asistente sabe que sus decisiones siempre serán cuestionadas, que en ocasiones es visto como un tirano o tonto, convirtiéndose en cansino y malhumorado… Aunque surjan aspectos negativos durante el rodaje, será recompensado si existe la profunda convicción de seguir adelante, y porque lo más importante es la película en si misma.
El asistente de dirección es como un vino bien macerado, a medida que pasa el tiempo durante el rodaje, lo valoran y admiran por su forma de trabajar